Durante los últimos meses una importante guerra se ha venido librando en las calles del Raval y se ha extendido a las librerías de toda Barcelona.
Los fanzines más aguerridos se han ido enfrentando en singulares combates de creatividad, dejando un reguero de papel, tinta y pegamento difícil de olvidar.
El próximo 20 de Enero tendrá lugar la batalla final en la que todos lucharán contra todos por hacerse un hueco en vuestro corazón.
A veces uno se equivoca. Sueles no leer las novedades que salen en las librerías porque tienes miedo de que sean una estafa, y esperas que pasen unos meses para leerlas para que no sea tan reciente el entusiasmo de las críticas. Pero luego empiezas a leer reseñas entusiastas de una nueva novela escrita por una chica muy joven, que comparte el estilismo dark y es ferviente admiradora de Amelie Nothomb, y dicen que ha escrito una obra tan potente, un “debut genial”. Luego la novela gana un prestigioso premio literario en Italia, los derechos empiezan a venderse a varios países y no hay revista, blog o programa literario donde no se hable de ella. Y te decides a leerla. Compras el libro, (sí, has leído bien, lo compras, no esperas a que lo tengan en la biblioteca o que te lo deje un amigo. Vas a la librería y te gastas tus 16€ para tenerlo cuanto antes en tus manos- sí, 16 euros, la versión italiana es más económica señores!), y empiezas a leer, feliz, seguro de tener buena literatura delante de tus ojos.
Y te das cuenta demasiado tarde del error que has cometido, y que tus 16 eurillos han sido literalmente tirados a la basura. Esta ha sido la experiencia leyendo la novela de Viola Di Grado, joven siciliana que ganó el “premio Campiello opera prima” en Italia y que ha sido recientemente publicada por la editorial Alpha Decay en España. Una experiencia decepcionante en su mayoría. (Aquí tengo que hacer un “mea culpa”: tenía que esperármelo, ya que ganar el premio Campiello Opera Prima ya no es ninguna garantía de calidad literaria, sino más bien una estrategia comercial, si pensamos que en 2008 lo ganó el soporífero Paolo Giordano con “La soledad de los números primos”).
Yo fuí una chica de bloque. Sí , como decía esa canción de Jennifer López,“don't get fooled by the rocks I wear I'm stil I'm still Jenny from the block”, sólo que bueno, en vez del Bronx yo vivía en La Sagrera, que por aquel entonces era un barrio bastante cutre pero que ahora se parece al Bronx de Jenny más que nunca. La cosa es que yo vivía en un bloque de pisos de esos inmensos, era como una colmena dónde vivían miles de familias. Toda la gente con la que salía por entonces vivía en esos bloques y tenía una casa igualita a la mía. Mis amigos eran bastante parecidos a los chicos de Attack of the block, cada uno con su singularidad quilla. Okay no nos dedicábamos a atracar a la gente, pero digamos que no siempre nos portábamos bien. Es por todo esto que Attack the block me emocionó y enterneció tanto. Porque era real y autentica como mi puta adolescencia.
Attack the block va de un grupo de pandilleros que una noche cuando están atracando a una tía de repente del cielo cae una especie de meteorito que trae consigo a una especie de criaturilla del espacio. Sin pensarlo dos veces, los niñatos la emprenden con la cosa y lo matan con petardos y navajas. Ese es el momento en que los niños empiezan a caerte bien. No porque sean unos héroes o algo sino por su especial chispa y sentido del humor. Pero al matar al bicho no se imaginan que una troupe de bichos más chungos están a punto de llegar a la tierra para vengarse y matarlos a todos. De este modo, estos pandilleros intentarán defenderse y sobrevivir a esta puta invasión extraterrestre. Rápida , fresca, puro puto entretenimiento. Esta peli si que me recordó a lo que sentía de pequeña al ver Los Goonies o Los Gremlins. Esta peli sí que me parece fiel a esa esencia de historia de aventuras de los ochenta, sí que consigue tener ese toque y no la basura ñoña cursi americanada de Super 8 y su puto argumento de mierda y sus putos niñatos pijos (tan sosamente interpretados). Los personajes de Attack the block, en cambio, cada uno de los chicos, tienen esa cosa que tenían Bocazas, Gordi o Trampas. Estos Moses, Pest, Jerome y los pequeños adorables Mayhem y Probs o incluso las chicas, que tanto me recordaron a mí y a mis amigas, las versiones garrulas inglesas del papel de las dos chicas en Los Goonies, sí que me parecían auténticos. Nada, que una vez más los ingleses vuelven a demostrar cómo lo llevaban haciendo ya con la televisión y series como Misfits (la cual me recuerda bastante a esta peli) que les dan mil patadas a los americanos a la hora de crear algo genuino y divertido como ya pasó con Shawn of the dead cuyos responsables por cierto son también los de Attack of block. No tengo ni idea cuando se estrena esta peli en nuestro país pero cuando esto pase os recomiendo encarecidamente que vayáis a verla. Armaos con un litro de cocacola y un bucket de palomitas y disponeos a pasar un buen rato de verdad. ESTA PELI LO PETA ! Os dejo con su banda sonora :
Jóvenes novelistas, guionistas, pajilleros del futuro: OS REGALAMOS UNA IDEA. Pues para eso estamos, oiga. Que no se diga que en este blog no se regala nada, todo lo que sea gratis, lo que esté en el aire, os lo cedemos hermanos y hermanas.
Hemos tenido una idea para un argumento. No sé muy bien de qué, pero molaría que fuese algo narrativo-literario-altaybajaculturapopparaquemelocompreblackiebooksoalphadecayoanagramasiseponenespeciales. Es algo que surgió mientras veía el primer episodio de la serie ¿Qué fue de Jorge Sanz? Que a diferencia de muchos de vosotros yo he visto porque sale Jorge Sanz y me cae bien y no porque la haya escrito el super JASP de David Trueba (¡¡¡Arriba Viggo Mortensen!!!). He juntado lo que he visto, con la entrada que leí hace unos meses sobre Rody Aragón y la aplicación esa de facebook "Presentadores venidos a menos" tristemente desaparecida y con un artículo en el blog de VICE sobre El Spiderman Gordo. Como veis, mis fuentes son muchas e inagotablemente absurdas, Horacio y Boileau vomitarían toda su bilis al descubrir mis referentes de culto. Sé que en el fondo no os ofrezco un argumento bien parido sino (si no, yo que sé como era, que me quiten el título de filología) una serie de estímulos dramáticos para que con vuestros geniales cerebros saquéis petróleo de ahí (yo con el 10% sobre el anticipo que consigáis me conformo), se trata de... LO SIGUIENTE:
Vamos a coger a tres presentadores venidos a menos al azar cuyas vidas actuales y sus respectivos pasados fueron un puto fracaso salvo su etapa dorada en televisión que todos recordamos, por ejemplo: Jaime Bores, Antonio Hidalgo y Rody Aragón (tengo fijación por este chico, lo sé). Además de Chapis como una especie de fantasma de la ópera redentor. (Futuras editoriales extranjeras, no teman si piensan que la calidad castiza de estos personajes no podrá ser entendida en sus respectivos países, el escritor que asuma la tarea de convertir esto en algo con páginas, cubierta y cola de carpintero se compromete a relatarlo todo tan bien que no haga falta conocer el origen real de estos personajes. Bueno, el de Chapis quizás sí.)
Jaime Bores, por ejemplo, en sus inicios fue uno de los azafatos buenorros que tenía Isabel Gemio en "Lo que necesitas es amor" antes de que lo presentara Jesús Puente (estamos hablando del Pleistoceno por lo menos), pero de lo que verdad lo petó fue como hombre del tiempo en la recién creada Telemadrid después de haber ejercido como DJ (WTF??) en los 40 principales de Canal +, más tarde, acabó de hundir su carrera en programas como La granja o Pelopicopata, actualmente, se encuentra desaparecido en combate. Pero su momento lo tuvo en TVE (la nuestra) en el talk show de afternoon "Digan lo que digan" del que guardamos gran recuerdo en Catalunya gracias al señor Pelegrí.
Antonio Hidalgo, lo primero que hay que destacar de este tipo es su alma de buscavidas televisivo, sus altibajos, sus triunfos y fracasos en la pequeña pantalla. Seguramente el primer recuerdo que tenemos de él sea como co-presentador del megamagazine Sabor a ti (de AR) en sustitución del buenazo de Mon Santiso que probablemente harto del acoso sexual que sufría entre sus compañeras (y -eros) y las señoras mayores del público, decidió emigrar a su Galicia natal y forjar una estirpe nueva de presentadores peinados hacia atrás con gomina. Pero no nos desviemos: Antonio Hidalgo, antes de co-presentador era un puto cantante de orquesta de plató que hacia bien el payaso en un miniconcurso en el que los concursantes tenían de adivinar una canción que ellos cantaban o algo así al lado de una pelirroja muy sosa. No sabemos a quien le comería la almeja, pero el tipo se hizo un hueco en el programa y acabó sacando dos discazos con canciones repetidas de hace siglos suyo mayor hit fue "A ti mujer" del cual no he podido encontrar ningún vídeo con él cantando, solo esta versión bizarra de un grupo punk o heavy o lo que sea. Da igual, lo importante es que este anti-héroe que debutó con Jesús Hermida, tuvo sus propios programas como Showmatch y que fue compañero de cámara de Paula Vázquez y Anne Igartiburu, ha terminado sus días condenado al ostracismo de la televisión regional de Murcia amenizando programas como "Gana tu suerte", después de haberlo tenido hasta en la sopa y haberse triunfado a señoritas como esta.
Y el último, pero no por eso el peor, el gran Rody Aragón, siempre con la agenda a tope. Su vida es la historia de un empujón tras o otro para echarlo a un lado y colocar a alguien mejor. Simple y llanamente esto. Rody empezó en el circo sustituyendo a su primo Emilio Aragón cuando este decidió pasar de los payasos de la tele allá por el año 1981. ¿Resultado? Treinta años después, su primo dirige un canal de televisión llamado La Sexta además de una productora llamada Globomedia y de haber sido el hombre más querido de España cuando fue el Doctor Nacho en Médico de Familia o el presentador más dinámico y gamberro en shows como Vip Noche, Vip Guay o El Juego de la Oca. Actualmente, Rody Aragón posee un circo el cual fue destruido por un tornado (probablemente el único puto tornado de la historia de España) en Estepona en 2009. Antes fue la pareja cómica de su hermano Fofito en los espacios infantiles que les dejaron hacer sus poderosos familiares Rita Irasema y Miliki. De él quizás solo tengamos en la retina su dulce etapa como machaca en el Sorpresa, Sorpresa a medio gas que supuso la etapa de Concha Velasco, aunque siempre podremos destacar su encuentro con Michael Jackson en Valladolid con el primo pequeño de Cosas de Casa como testigo.
Ahora sumemos las tres cargas dramáticas de estos tres perdedores televisivos y juntémosles en una fiesta de reencuentro de Antena 3 borrachos y desesperados por volver a tener otra oportunidad de no espicharla. Digamos que se les empieza a ir la olla en la fiesta y sin querer, por accidente, se terminan cargando al bueno de Jaime Cantizano cuando se lo encuentran (no se sabe porqué) de rodillas en el aparcamiento de fuera de los estudios. Digamos además, que lejos de sentirse mal por lo que han hecho, se lo toman como una pequeña venganza por todo lo que les ha pasado en la vida y deciden ir a por el pez gordo de todos, que empezó de media mierda en Sabor a ti y que ahora ha conseguido ganar un premio Ondas gracias al circo que dirige cada medíodía en Telecinco, la cadena amiga. A por Jorge Javiez Vázquez. Pero antes, tendrán que quitar a mucha mierda de en medio para poder hacer las cosas bien y presentar un proyecto de programa conjunto a todas las cadenas que los tuvieron en nómina hace unos años. Pero alguien tiene previsto destruir sus maléficos planes y este no es otro que el Spiderman fondón de la Plaza Mayor de Madrid, un superhéroe con el que sin duda nadie cuenta pero que está ahí y que sabe que ha llegado su momento. Siempre ayudado por un Chapis caraquemada que ha perdido una oreja en una de las múltiples ferias de pueblo a las que asiste con la esperanza de morir alcoholizado. Chapis, que junto a Belinda Washington, lo empezó todo en el mundo del corazón en nuestro país, morirá por todos en directo para que la telebasura siga su curso y él pueda ser recordado por los siglos de los siglos. Amén.
Digamos que más o menos hay un esqueleto aquí sobre lo que puede ser una historia más o menos compleja con aires de acción épica bastarda. Pues bien, a quien tenga cojones de escribir algo parecido a esto, se lo regalamos.
Bueno, Alberto Olmos. ¿Qué vamos a decir de él? Que lo queremos mazo, fue el primer autor que se tomó la molestia de escribir un cuento para nuestro primer número, y qué cuento señores. ¡Qué cuento!
Nunca habíamos leído nada de Olmos, somos así. Tenemos olfato y basta. Leemos su blog, su otro blog y solíamos leer sus respuestas en el Formspring. Así contactamos con él. Publica novelas, el tío. No veas. Lleva años. Nos enteramos que fue finalista del Herralde de novela el mismo año que lo ganó Roberto Bolaño. TE-LA. Si no hubiera existido Bolaño, lo hubiera ganado él con 23 años. En la juventud está el placer, ya ves.
El caso es que queríamos leer algo de Olmos y nos enteramos de qué en octubre salía su próxima novela y que además había dado el salto a la Champions League del sector editorial español. Hay pocos equipos en esa Champions, pero demasiados jugadores.
Ejército Enemigo, es su twitter y también su novela y, seguro, que una forma de vida -por los menos ficcional- del bueno de Alberto Olmos. Así que la compramos (lo compranos todo, oiga) y comenzamos a leer.
Santiago, el protagonista, es un cafre, ¿vale? No se puede decir de otro modo, es un pequeño hijodeputahayquedecirlomás en la pequeña empresa de publicidad para la que trabaja, básicamente porque es un cínico. Sobrevive siendo cínico y ese cinismo se le vuelve en contra. Yo lo resumiría así, vaya. Un cínico que se ve con la mierda hasta al cuello por no haberse parado a pensar un momento que las chorradas que suelta pueden afectar a gente como Daniel, un empedernido agente de la lucha social y de la defensa del más pobre. La gente del barrio de Santiago, vamos. A Santiago le jode que los tíos como Daniel -que suelen ir bien de cash- dediquen el tiempo libre a limpiar el mundo y tratar de ponerlo algo más digno. Por eso le ataca frontalmente con la frase que desencadena todo: La solidaridad ha fracasado.
Tiempo después muere Daniel y Santiago hereda, sin mercerlo, el dudoso honor de conocer la contraseña de su correo electrónico. Si no podíamos esperar nada bueno del pajillero-internético de Santiago mucho menos podemos esperar de él con la contraseña del correo de un muerto, del cual tiene ciertas sospechas que ha terminado así por su puta culpa. Santiago, de cínico a detective en apuros.
Es un texto ágil, veloz, incluso diríamos que la propia novela te coge por el cuello de la camisa y te tira para que no te quedes a un ritmo lento. Se ha dicho que su estilo aquí es funcional, seco, ajustado, pero hay que reconocer que en algunos momentos la adjetivación o la descripción rozan lo excesivamente lírico ocasionando un efecto de cursilería en algunos momentos. Pero claro, esto es una opinión. Olmos ha confirmado que se trata de una novela de opiniones aunque dice no haber querido escribir una novela de tesis. Bueno, aquí vemos que la "tesis" del libro, la solidaridad es un invento para sentirnos mejor y punto, no está todo lo trabajada y argumentada que podríamos esperar de Olmos. Si lees su blog ya sabes como piensa y peligrosamente (o no) se acerca demasiado a lo que piensa el propio Santiago. Tal vez para el plano de un blog, un conjunto de imágenes e ideas sobre el fenómeno de los movimientos de compromiso social, sea suficiente, pero si tratas de pensar a lo largo de una novela los diferentes puntos de vista y la opinión finial de un tema tan complejo y actual como este, quizás necesitamos un poco más de profundidad, unas pocas horas más de reflexión antes de lanzarse.
En línias generales, nos ha gustado Ejército enemigo, bastante, apesar de lo comentado allá arriba. La trama no es nada del otro mundo y gracias a eso, a la eficiencia de sus diálogos y su prosa auténtica, se hace una novela agradable y muy entretenida. Olmos, como nosotros, está a favor de que los lectores no se aburran con literatura de alto voltaje. Y ahora que hemos leído sus dos últimos textos, tendremos que viajar al pasado y empezar a visitar a aquel Alberto Olmos de 23 años que le daba la mano a Bolaño en la misma foto.
Somos super nuevos en esto de hacer publicaciones. Se nota, ¿no? Esperamos que se note porque es muy importante para nosotros transmitir esa imagen de gente primeriza que realiza algo con poco dinero y con mucha ilusión, la única imagen real de todo esto. Estamos creciendo, mal que le pese a Facebook, en número de amigos y estamos muy agradecidos por ello. Tenemos mucho feedback con vosotros y esperamos que esto vaya a más. No queremos resultar pesados o aburridos, simplemente estamos aprendiendo también a comunicar lo que hacemos. Como por ejemplo, que ya estamos entwitter.
Una de las experiencias más gratificantes que hemos tenido estos días ha sido el encuentro con las librerías y con sus habitantes más selectos: los libreros. Como alguien nos dijo en Facebook, el examen con los libreros es la verdadera prueba de fuego que hemos tenido que pasar. Salir un jueves por la mañana con una mochila vieja llena de nuestros fanzines para ir a distribuirlos por las librerías de Barcelona era nuestro primer reto. Creo que salimos más que contentos de nuestra hazaña. Desde la primera a la última solo encontramos caras agradables en todos los sitios en los que lo presentamos, nos ayudaron en todo lo que nos hizo falta, nos explicaron procesos, colocación, otras publicaciones similares, otras publicaciones totalmente diferentes... Siendo sinceros, tuvimos algunos "noes", pero nunca hubo una mala disposición, no podemos estar en todos los sitios, es lo lógico.
También es cierto que en muchos sitios el lugar predestinado a los fanzines es un cajón, lejos de las miradas, lejos de los otros libros. Un cajón en el que descubres que realmente nadie ha inventado nada, un cajón con más de diez y de veinte publicaciones diferentes. Un cajón que los hermana a todos, porque en el fondo no existe la competencia en este micromundo de las publicaciones amateurs. Si mucha más gente se acercara a esos cajones, descubriría auténticas maravillas ocultas. También descubriría algunas cosas importantes. La más importante de todas es que esto de los fanzines no es una moda. Últimamente puede parecer que hemos salido unas cuantas publicaciones a la vez en corto espacio de tiempo, algunos hablan de epidemia, otros de falta de originalidad, algunos de plagio. Invitaría a todas esas personas a darse una vuelta por las librerías en las que se venden fanzines para que se den cuenta que había mucha gente antes de llegar nosotros y que, por supuesto, la sopa de ajo ya estaba inventada. Puede que esto pueda molestar a algunos, el hecho de sentirse únicos o especiales, pero al cajón de los fanzines nos remitimos.
No tenemos más pretensión que ser lo que somos, un fanzine pulp, algo literario, algo gamberro, algo guarro. Y parece que los libreros nos apoyan, las buenas ventas nos sonrojan como piropos y otros autores importantes están aceptando el guante de escribirnos un relato para próximos números. Otros fanzines intercambian ejemplares con nosotros y también colaboraciones de textos o dibujos. Estamos en una rueda preciosa de intercambios. Nos sentimos unos privilegiados y todo ha sido gracias a que sentimos que podemos entreteneros durante unos minutos con las páginas que vayamos imprimiendo.
