A veces uno se equivoca. Sueles no leer las novedades que salen en las librerías porque tienes miedo de que sean una estafa, y esperas que pasen unos meses para leerlas para que no sea tan reciente el entusiasmo de las críticas. Pero luego empiezas a leer reseñas entusiastas de una nueva novela escrita por una chica muy joven, que comparte el estilismo dark y es ferviente admiradora de Amelie Nothomb, y dicen que ha escrito una obra tan potente, un “debut genial”. Luego la novela gana un prestigioso premio literario en Italia, los derechos empiezan a venderse a varios países y no hay revista, blog o programa literario donde no se hable de ella. Y te decides a leerla. Compras el libro, (sí, has leído bien, lo compras, no esperas a que lo tengan en la biblioteca o que te lo deje un amigo. Vas a la librería y te gastas tus 16€ para tenerlo cuanto antes en tus manos- sí, 16 euros, la versión italiana es más económica señores!), y empiezas a leer, feliz, seguro de tener buena literatura delante de tus ojos.
Y te das cuenta demasiado tarde del error que has cometido, y que tus 16 eurillos han sido literalmente tirados a la basura. Esta ha sido la experiencia leyendo la novela de Viola Di Grado, joven siciliana que ganó el “premio Campiello opera prima” en Italia y que ha sido recientemente publicada por la editorial Alpha Decay en España. Una experiencia decepcionante en su mayoría. (Aquí tengo que hacer un “mea culpa”: tenía que esperármelo, ya que ganar el premio Campiello Opera Prima ya no es ninguna garantía de calidad literaria, sino más bien una estrategia comercial, si pensamos que en 2008 lo ganó el soporífero Paolo Giordano con “La soledad de los números primos”).